lunes, 25 de julio de 2011

Obra sin Título

La magia me hizo sopesar mi desagravio

No era pensar en ilusos campos de lo cliché

La calma venía por mí a compensar mis estribos,

A conquistar la melodiosa sinfonía de la paz.


No viví la guerra por luchar una batalla conmigo

Tenía las manos teñidas con tinta insigne;

Me perdí dormir por estar despierto hoy

Y no imagino que curvas trazan las palabras.


Si le contara mis pecados al ruiseñor,

Regaría de sangre las palmas con calor,

Estrangularía la ira y la dejaría comer mi corazón,

Gobernaría preso del alma y mi soberanía sería la razón.


Miguel Ángel Subercaseaux.

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